Una interesante charla denominada" El Islam, sus orígenes y desarrollo" dio el profesor de Historia, Diego Melo, en el salón Champagnat de nuestro colegio.
El invitado, docente del Departamento de Historia de la U. Adolfo Ibáñez, es además, Doctor en Historia Medieval de Universidad de Salamanca, España; Magíster en Historia de la Universidad Católica de Valparaíso y Licenciado en Historia de la misma casa de estudios. Tiene como área de interés la Historia Medieval con énfasis en el estudio del Islam Clásico, al-Andalus y el Magreb. Sus estudios se enmarcan en el ámbito de la historia de la cultura, de las instituciones y las relaciones internacionales. Atualmente es Director de la Cátedra al-Andalus|Magreb de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez.
La idea era conocer algo más sobre  la segunda religión más grande del mundo, que profesan más de 1.500 millones de personas. De hecho, el primer dato sorprendente sobre esta religión es precisamente demográfico: la mayoría de los árabes son musulmanes, pero la mayoría de los musulmanes no son árabes, de hecho Indonesia es el país con más población creyente del mundo, unos 213 millones, y solamente en Estados Unidos hay alrededor de 7 millones de personas que adoran a Alá.
Entre algunas de las afirmaciones que hizo el profesor Melo destacamos: "Yo creo que una de las cosas fundamentales tiene que ver con que el Islam provee de una cierta estructura que tiene una ligación muy directa entre la conducta y la fe, y eso se manifiesta claramente en la vida del fiel, con el rezo 5 veces al día, preceptos claramente establecidos. Son unas formas de vivir la religión que están estructuradas, que siguen un determinado formato, que frente al converso le generan un orden", nos explicaba Melo. Esto le permite al musulmán ir midiendo y viviendo diariamente su religión, a partir de unos determinados hitos que marcan los momentos del día.
Con respecto al proceso político y social de varios países que no han logrado la estabilidad, Melo comentó: "Generalmente occidente espera que estos países lleguen a tener proceso democráticos, cuando quizás ellos no necesitan democracia, sino procesos participativos ligados a la política musulmana que no tienen nada que ver con los de occidente". Y agrega: "En el fondo, lo que tiene que aprender occidente también, es comprender que el mundo islámico no es un mundo raro, no es el mundo distinto, como también lo son los hindúes como religión o los chinos".